No nos dejan callar
Las manos, la piel.
Hay segundos como yunques
Y saltos como precipicios.
Sonrisas de aletas, miradas
De escamas y solo un instante
Para comprender que no,
Que no hay más grietas.
Transfórmate en los recodos
Que faciliten mi escondite,
Tal vez así vuelva a
ser
Menos pesado.
Ya sabes que me falta el aire
Sin el tuyo.
Bebo los meteoritos y me trago
Las lágrimas. No existo más
Que entre palabras y solo si
Se me concede viento
Y oxígeno.
Tardan los días en llegar
Pero al final llegan y yo
Los quiero
Lejos.
Demasiada escarcha promete
Y el adiós de su contacto me
deja
Indispuesto.
No, no hay más
música
Para aves rapaces. Solo hay
Espinas y gargantas queriendo
conocerse
Demasiado bien.
Hasta las estrellas de mar son
fugaces
Si se miran
con ojos
demasiado longevos.
con ojos
demasiado longevos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario