Sabes que he intentado
cerrar
los ojos para no seguir mirando
este caos de trincheras superpuestas,
este continuo puzle de emociones de
mil
piezas,
esta congregación de recovecos, nidos
de golondrinas ávidas
de devorar los huesos.
Se acaba entre vasos el frenesí, el reloj
marca la hora con tictacs de voces de plañidera.
Las ruecas escupen tela,
sacan la lengua
las mariposas.
Absurdo escondrijo de crisálida,
vuelves a mí envuelta en llamas
deshaciendo nudos que no nombro,
descorriendo el oleaje,
disparando las alarmas, desmaquillando
lechos de lágrimas secas.
Hemos creado un paisaje de la nada
con montañas,lagunas
míticas, cuevas,
barrancos.
Hemos recitado el hechizo, encerrados
al vacío en este
vacío prisionero.
Solo quedan las ascuas de nuestras
creaciones, de nuestros
trabalenguas de dos.
No resistimos, el huracán
pudo
con nosotros.
Intento cerrar los ojos, sabes
que lo intento,
pero no se va el alrededor,
persiste su parasitario zumbido,
su abrazo constrictor.
Temo
quitarme el caparazón y que me impregnen
los sedimentos, me llene
de toda esa prisa eléctrica, de sus
luces parpadeantes, de
sus millares
de clics por segundo.
Intento cerrar los ojos, sabes
que lo intento.
Pero aunque los cierre, sabes
que
todo sigue aquí.
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