No sé si es noche o una
triste
marea baja, la que
tiñe de brisa
tenue,
esta ajada alma
de versos áridos.
No sé si prende
o arde,
esta hoguera de cristales
de colores.
Báñame en gasolina o en
tequila,
abrázame con tus brazos
de cerillas,
con tu lengua de mechero,
con tu corazón de antorcha.
No sé si es lluvia o
la misma eterna
tormenta
de a diario,
que revolotea por el techo
de mi cuarto,
con su penumbra opaca
con su luz herida.
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