2.1.13

No digas su nombre más de una vez por estación



Tengo la costumbre, el
Poco valor de
Solo volar en
Contadas ocasiones. Tengo
Las dudas constrictoras, el
Hambre eterna, la razón
Insana, la ceniza gris, la
Materia imperfecta, el dolor
Agudo.

Los balcones no me miran, las
Rejas se me clavan en la piel.
No hay suelo de mármol no
Hay alfombra roja y sí
Pesadilla y muros.
El arrepentimiento con ventanas
De ojo de buey,  el tejado sin tejas
Que no me cobija.
Las columnas en mis vértebras,
Las vidrieras en tus ojos, el gato
Mecánico, la voz cansada,
La escalera laberíntica y
Mi despertar nuboso.

He dibujado mi garganta
Con humo denso y he
Aprendido a caer
Contra el suelo y a
Sentir la sacudida, el mar en calma,
El rostro serio.
He sentido los golpes de sus manos,
La cremallera del vestido sonriendo,
Los huesos que no,
Ya no
Sirven para sostenerme.

El paisaje se ha inmolado, no
Piensan mis ojos otra
Posibilidad más exacta.
He perdido el contenido me
Atraganto con estos soplidos de viento,
Este
Rumor de las hojas, estas tristes praderas.
No es lugar para dormir a solas
Le digo a las lunas de Júpiter, no son
Tales
Todos mis crímenes.
He vuelto a perder el tren
Dando
Tantos rodeos.
Y tu voz nebulosa me ha pegado
Un latigazo
Y se ha disipado  y
Me ha disipado.

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