11.6.10

La macabra sonrisa de los quebrantahuesos

El viento me daba en la cara, tan frío e intenso como un beso sin amor. Y en vez de despejarme las dudas, me dejaba estancado en el mismo punto sin retorno, sumergido entre las mismas mareas de recuerdos tan amargos como es mirarte y perder la sonrisa, como saber que en algún punto, el camino se bifurca, como la coca-cola sin ron y tus pestañas sin tormentas. Y sumergido en recuerdos, recuerdo recordar que seguir aferrado a tu estela no es una buena idea, que seguir aferrado a tu imagen no me mantiene casi en pie, que me salen caries si mastico tu aliento de dragón. Y perdido entre oasis de tijeras y materia gris, me distraigo y acabo perdido en tu regazo para luego deshilarme y acabar hecho un ovillo entre tus tacones. Y a grandes zancadas sobre tu piel no avanzo un paso, y el paso a paso no lleva a ninguna parte.

Y me pierdo y me confundo, y me distraigo, y no se reaccionar, porque el viento me golpea y luego se va a otra parte, y cuando se cansa vuelve, y cuando quiere me hace compañía, para siempre marcharse otra vez y dejarme hecho ascuas, hecho turbia agua que no se adapta al vaso. Y sigo navegando entre mares enrabietados de memoria, intentando zafarme de su presencia helada, y sin conseguir avances, clavándose en mis parpados, grabándose a fuego en ellos imágenes tan antiguas que puede que fueran de ayer. Un ayer donde la sangre corría por mis mejillas, y dónde la Luna era un misterio, dónde el viento no existía, dónde la calma estaba impresa en las paredes del cuarto.

Y a estas horas no doy una, mezclando ganas de matar con ganas de dormir en el mismo coctel lleno de agujeros, y viajando sólo, tu boca es un precipicio por el que es mejor no caerse, y con un esguince en cada sueño, y con las piernas rotas mis ideas, me enfrasco en frascos de veneno y suspiro toxinas. Atragantándome con prisiones para gatos, y castillos para nadie. Escalando muros lisos, abrazando cactus que sólo son espinas que se me clavan. Mirando al Mundo desde otra perspectiva. Deshaciéndome, desfigurándome, deformándome, cansado de seguir odiando al odio, de que la mejor defensa sea un buen ataque. Naufragando en esta tierra de locos y sin querer saber nada de mañana me paso la semana próxima bebiendo agua salada y devorando alas de palomas. Y sin poder volar y tú echando el vuelo, decido refugiarme de esta lluvia de piedras en cualquier lugar, y el té verde sabe a té rojo, y la noche a lluvia, y el amanecer a tensión. Y entre tus dientes burbujea la desesperación de en realidad no saber nada. Y entre mis costillas brotan gaviotas con pistolas dispuestas para disparar a cualquiera que se acerque. Pero no cierran el pico y yo me vuelvo loco, y hasta el viento parece que no duele tanto al contacto con la piel, hasta parece que es mejor seguir jugando al escondite. Y enjaulado en una cesta de mimbre me da calambres cuando llaman al timbre, y escupiendo tuercas y tinta china escribo palabras mecanizadas que echan a correr y se escapan y llenan de fango los edificios y de ácido sulfúrico los restaurantes. Y yo escapo y termino calado de indecisión en el laberinto musgoso y tristón de todos los días, ciñéndome hasta la asfixia el peso de la atmosfera, la inconexa lógica de lo que no digo, el suave murmullo que me impide dormir por las noches, los sueños que no son sueños, las alucinaciones felices, la realidad paralela donde el café es agua y el sol está a punto de fundirse.

Y la macabra sonrisa de los quebrantahuesos es demasiado oscura. Tan oscura que no me deja ver, que la niebla se asusta y los monstruos lloran. Y escuchar llorar a tantos monstruos da hasta pena. Y sin poder gritar ya, con la voz desgarrada y llena de moratones, con las pupilas del revés, y sin saber nada del espíritu sigo cosiendo mi tela de araña artificial. Sigo creyendo en los mismos fantasmas que sólo veo yo, y sin poder saltar muy alto, sin poder resistir la continua influencia de la marea, recordando haber sido distinto en algún lugar hay alguna tormenta eléctrica, alguna invasión inventada, algún reloj con insomnio, algún libro al que le faltan paginas por leer, algún nuevo rasguño por hacerse, algo nuevo que decir y algún que otro secreto por desear no conocer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario