29.11.12

Magia negra



Robamos el tiempo,
que es humo en nuestras manos.
Busco tu madriguera como
enloquecido.
Estás ahí, sé
que estás ahí,
como está
también
todo aquello que no veo.
Es increíblemente pesado
el clima.
El huracán se ha llevado
las teclas de piano y no
me ha llevado consigo.
Ha absorbido mis fuerzas
el choque fortuito
de nuestras miradas se ha sentido
al otro lado.
Y tus ojos son marrones, o son verdes,
o son azules.
Solo sé que tienen la llave
y la munición,
la fuerza de la muralla,
el abrazo del tentáculo gélido.
Arráncame la carne y aliméntate,
que mi alma es hiedra que siempre
pide auxilio.
Hoy no, no hay tragos,
ni arremetidas de las olas.
Amarga es mi voz como
amarga es la despedida
que promete.
Camino sobre el hilo
y tú te enredas. No.
Vuelve sobre tus pasos
y atropella este
caparazón inútil, vuélcate
que te guardo espacio.
Y hay fuego, sé
que hay fuego y arde
sobre los bosques secretos,
y brilla en nuestras noches.
Disparos al aire no,
ya hay demasiado riesgo.
Me regalas unos
cuantos minutos
y unas cuantas
heridas.
Te vas como baja la marea,
como se consumen los cigarros,
como se erosiona la piedra.
Y vuelves de nuevo zarandeando
la sonrisa.
Caótica voz que pide,
que desgarra.
Pintalabios
para la Fuente de los Deseos
y
un adiós como una estocada
para que despierte del embrujo.

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