18.8.12

Ilusión


No puedo
                estar

y no lo entiendes.
Como ropa de más
en agosto.
Algo que se pega
y traspasa
la piel,
congela el fuego,

convierte las rocas en
           polvo,

mi corazón en
                        polvo

mis sueños en
                        polvo.

No puedo
                  estar así 

y no lo entiendes,
giras en círculos y sonríes
mientras brillas.

Tras deslizar tu vestido,
                                      Ilusión
solo hallé ruina.

Y ni siquiera me despierta
el café,
ni los nubarrones se despejan.
Ni dejan de insistir las
goteras de este techo.

No, nada
                     amaina

y tú lo sabes,
tu aliento me recuerda
al mes de enero.
Y tus ojos son
la entrada al laberinto

del que pocas veces salgo
                                          ileso.

Sabes que duele

y aún así no
                      paras,

sigues clavándome las garras.
Bates las alas y te alejas
de mi ventana,
como desaparece
el último rayo
 antes 

de ocultarse el
                          sol.

Te vas dejando tu
                           sonrisa

clavada al corcho.
Y las últimas palabras
revolotean como polillas
alrededor de la lámpara.
Entro en mi crisálida

y cierro los
                   ojos.

Me repito que

no, no puedo
                      estar.

Y no lo entiendes, juegas,
te cansas y
te escabulles.
Escribiendo tu camino
en la acera.
Eres la causa y solución
de todas mis migrañas,
de mi dolor de muelas.

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