27.8.12

Lo que no sintió nadie antes


Lo dejaré todo
tal como lo vi.
A veces prefiero imaginar
tu mirada,
que mirarla de verdad.
A veces prefiero no saber lo que sé
y seguir ignorando
lo que ignoro.
A veces odio tu piel.
A veces, no quiero
que estés.
Las palabras caen
en un pozo sin fondo.
Las frases que enlazo no se desatan,
juntas se pierden.
Los días de lluvia, digo,
que vengan a mí,
y borren tu sonrisa.
Algo queda del veneno que
me inoculó tu aguijón de
diamante.
Algo queda, sí,
y daña y quema.
Paso de la
alegría
a la tristeza
con solo unos instantes para
encajar el golpe.
El golpe de lo que dices
que suena extraño.
Extraño como una avalancha de monedas
oxidadas.
Como una procesión de gente
que se niega a creer.
Como un chaparrón de voces,
un confín de cuerpos,
un alunizaje en los lunares de tu espalda.
Y me beberé a sorbos
la derrota
y la incertidumbre
de no saber qué andas pensando.
Tan solo te alejas y yo lo observo,
aumentando
la distancia hasta que
formas uno
con el atardecer.
Me ato a la sombra que proyectas
y
acabo lleno de arañazos.
Que tienen un aire a bocetos
de historias rotas.

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