23.3.13

Un trago, un estrago, una luz.




Me traes
océanos de aire
pero me sigo ahogando.
Con la sonrisa dibujada
en acuarela,
los cactus no saben besar
como besa este clima frío.
Dejo
la responsabilidad en el cajón
de los calcetines sin pareja
y me deslizo dentro
de los tanques de tiburones
                               hambrientos,

siendo cebo vivo
para cualquiera.

Se me borraron
                las líneas de tinta azul que escribí en mis manos
para saber qué hacer
en caso de incendio.

Hemos caído en las ollas de agua hirviendo
nos da sabor
esta infusión nueva,
esta confusión nueva.

Y el dolor es momentáneo igual que el ruido,
nos acecha la oscuridad,
formas
complejas como sauces,
quiero este despertar nublado
más
que cualquier sol viejo.
Nos pillan las horas,
nos cosen con hilo.        
Eres un trabalenguas o
una adivinanza de esas que no se adivinan.

No me llegan los poemas,
y aun así aquí sigo, vivo de milagro.
La angustia que tira de mí
me bloquea,
tras los oasis me queman las alas.
No me dejas
terminar de congelarme.
Quizá el reloj no grite
y por fin duerma.

Me destapan estos instantes
que centellean,
volamos en círculo no hay
precipicios fáciles, abismos
poco profundos.
Evitamos las rocas como agujas
por los pelos,
ronroneo, existo, me hago
humo y lucho si he de luchar.
Me atenaza el dolor
de cabeza y la constante
sensación de que el mundo
no nos deja ser.
Pájaros de fuego anidan
en las almohadas, la dinamita
de los labios de otros,
la complicidad de los heridos.

Hay algo de juego mágico en esta
batalla de naipes, torres
y alfiles persiguiéndome por cada tablero,
bombas nucleares que saben a ti.
Escribo como escribe el que respira,
como el que escapa
de una habitación sin puertas
ni ventanas.
Te escribo por casualidad, nos escribo
sin querer, les escribo
porque ahí están.

Mientras me pierdo
Pandora abre las cajas
y el movimiento sísmico
me alcanza los pies. Nos
enredamos como se enreda la hiedra
con el ladrillo.

                               Abriendo en canal los días que nunca
                               nos pusieron las cosas
                               fáciles.

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