Dejaré de
buscar
cuando deje de
respirar.
Mientras tanto
espero y oteo
el horizonte,
miro al suelo,
puede que haya
a l g o.
Se amontona el
polvo
sobre
las antiguas ilusiones,
suena la
corriente del río
que trae tu
voz.
Arriba los
truenos y los relámpagos
iluminan la
tierra gris,
atravesando el
aire y acompañándolo
en su viaje
los graznidos
de los cuervos.
El agua
refleja pequeñas luces,
golpean tus
gesto y
tu mirada,
yo observo
esperando
encontrar
a l
g o.
Saltan los
ruidos y las teclas de piano
deciden ser
adoquines.
La piel que
bebe la tinta,
las cicatrices
que cuentan historias,
las venas
rotas,
sigue vagando
el meteorito
soñando con el
impacto,
igual que el
camino
que recorre el
tigre
cuando está
cansado.
igual que el
último pájaro de escarcha,
la voluta de
humo púrpura,
la caída del
jarrón de porcelana,
los arañazos
en la espalda,
la casa a
cuestas,
el jurado y
los testigos,
la prisa.
Hay
a l g o.
Y todavía
no sé qué es.
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